Los viejos procesos


Procesos antiguos a partir de una misma imagen, de izquierda a derecha: goma bricomatada, cianotipia y marrón Van Dyke. Autor de los procesos: José Luis García
Mucho antes de que el bromuro de plata se convirtiese en el más importante medio de positivado de imágenes en blanco y negro estuvieron en uso gran cantidad de procesos diferentes. Cualquier fotógrafo de 1890 estaba familiarizado con cosas como la ristotipia, la kalitipia, la cromotipia, la cianotipia, la fluorotipia o la lenintipia; y es más que probable que hubiese utilizado los procesos a la leche, el café, al alabastrino, al grafito y hasta el de la Emulsión del Rev. Beechey, todos ellos descritos en cualquier manual de la época. Casi todos fueron puestos a punto por aficionados entusiastas y daban resultados muy irregulares. Su función era conseguir imágenes más permanentes y con mayor riqueza tonal que las que entonces daban los haluros de plata, pero solía ser complicado preparar los papeles y exigían el uso de compuestos demasiado peligrosos o demasiado complicados de preparar en la actualidad. No obstante, hay algunos que aún pueden dar imágenes atractivas con calidades de color y detalle muy particulares y que pueden seguir aplicándose para crear efectos imposibles con los papeles comerciales en blanco y negro o en color.

La imagen de partida en formato digital
Para usar hoy día estos procesos, lo primero que hay que hacer es preparar la superficie del papel. Normalmente esto consiste en aparejarlo pulverizando con almidón u otra sus tancia similar, según se indique en cada caso. Durante esta operación y la de sensibilización es fundamental que el papel permanezca plano, ya que en caso contrario no entraría bien el contacto con el negativo.
La capa sensible, como la emulsión líquida, se aplica bien de forma que se noten las pinceladas , bien de forma que la capa sea uniforme, según se prefiera. Los bicromatos aumentan su sensibilidad a medida que secan, por lo que, aunque la aplicación se haga a la luz normal, deben dejarse secar en la oscuridad. Durante la exposición es fundamental evitar el calentamiento del material, ya que ello interrumpiría el proceso. En todos los procesos la fase de "revelado" es muy sencilla, y por lo general puede llevarse a cabo en cualquier sitio, con tal de que la superficie del papel no reciba luz directa.
La confección  de los propios materiales permite "sentir" la naturaleza química de la fotografía y evocar las tribulaciones de los que hace cinco generaciones nos precedieron en esta afición. Por entonces, cuando los procesos pictóricos estaban a la orden del día, se fabricaban muy pocos materiales sensibles y los fotógrafos no tenían más remedio que convertirse en químicos. Los que eran capaces de entenderse con los procesos y además de realizar imágenes originales eran seres excepcionales, y aún pueden admirarse restos de su obra en  algunos museos y galerías de arte.
Durante las siguientes semanas veremos como mi buen amigo y fotógrafo José Luis García ha rescatado y probado tres de tales procesos, todos ellos realizables con un equipo mínimo: Goma bicromatada, Marrón Van Dyke y Cianotipia. El punto de partida es mi imagen "La Ciutat Esvaïda" que representa un típico patio mallorquín. El archivo digital se ha escaneado a negativo.

Bibliografía usada: "Manual del Laboratorio Fotográfico" de Michael Langford


1 comentario:

  1. Excelente artículo, felicitaciones. Ciertamente en los procesos analógicos, la obtención del trabajo final está abierta a muchas posibilidades y estos procesos nos brindan la una oportunidad formar parte de la obra final. Seguiré atentamente tus próximas entradas. Saludos

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